Título original: Reservoir Dogs.
Año: 1992.
País: EEUU.
Dirección: Quentin Tarantino.
Guión: Quentin Tarantino.
Fotografía: Andrzej Sekula.
Música: Varios.
Reparto: Tim Roth,
Harvey Keitel, Chris Penn, Steve Buscemi, Michael Madsen, Lawrence Tierney,
Randy Brooks, Kirk Baltz, Edward Bunker, Quentin Tarantino, Burr Steers.
Productora: Live
Entertainment / Dog Eat Dog Productions.
Sinopsis: Una banda organizada es
contratada para atracar una empresa y llevarse unos diamantes. Sin embargo,
antes de que suene la alarma, la policía ya está allí. Algunos miembros de la
banda mueren en el enfrentamiento con las fuerzas del orden, y los demás se
reúnen en el lugar convenido..
Género: Thriller.
LA ESTÉTICA DE
LA VIOLENCIA.
Los años noventa
habían presenciado el agotamiento de la llamada generación de los “Chicos amados de Hollywood” conformada por
Coppola, Scorcese, De Palma y Spiberg. El cine que reflejaba la gente común,
heredero tanto de las vanguardias europeas como del inconformismo de una
generación de jóvenes directores, dio paso a mega producciones que basaban su
propuesta en criaturas venidas del espacio, monstruos sanguinarios y héroes
llenos de músculos que salvaban la civilización occidental de su enemigo
comunista.
Dos hechos
aparentemente fortuitos estaban a punto de cambiar este panorama generando un
movimiento conocido como “cine Indi” o “cine independiente”. Robert Redford
crea la escuela de cine y festival de Sundance en el poblado de Park City,
cerca de Salt Lake City, la capital del estado de Utah. Su intención era reunir a nuevos directores por fuera del
circuito comercial y generar propuestas estéticas más cercanas al cine de
ensayo y autor. Por otro lado los hermanos Harvey y Bob Weinstein fundan MIramax,
que comenzando como una distribuidora de todo tipo de películas (especialmente
aquellas que real o virtualmente tuvieran alguna referencia erótica), terminará
siendo la compañía que más proyectos de nuevos directores ha producido,
llevándolas de un público especializado a las grandes salas.
En este ambiente
un joven dependiente de una tienda de videos en Manhattan Beach haría su
aparición con la película Reservoir Dogs en 1992, su nombre era Quentin
Tarantino.
El guion
transcrito totalmente a máquina llega a a manos de Harvey Keitel quien además
de protagonizar hará las veces de productor, haciendo posible la realización
del este proyecto cinematográfico.
La película da
inicio en una cafetería donde solo tangencialmente se habla de un asalto, que
será en ultimas el eje central del filme aunque nuca sea mostrado en la
pantalla. Pero la conversación se centra en otro punto “No creo en la
propina” es el dialogo que a través de
varios minutos del metraje será desarrollado por Steve Buscemi. Está será una
de las primeras marcas del director y que aparecerá en sus subsecuentes filmes.
Largos diálogos en torno a aparentes temas banales, o por lo menos no
relacionados directamente con la trama, que dan lugar a estallidos de
violencia, a sangrientas tomas llenas de crudeza que sin embargo configuran toda
una estética en torno al tema de la muerte.
Tarantino,
educado en los cines de barrio de los años setentas atesorará grandes momentos
visuales de las películas de Kung Fu y de los Spaguetti Western consideradas
subgéneros o simplemente cine de serie B para consumo en programas de doble
función. La escena de la oreja cortada
viene de Django de Sergio Corbucci (1966), donde solo cambia la música y
el detalle, ya de culto, del baile del psicota interpretado por Michael Madsen.
Los trajes de los asaltantes evocan la estética de los Yakuza-eiga de kinji
Fukasaku, donde las historias de violencia son llevadas más allá del Bushido o código del samurái y narran la
vida cotidiana de los bajos fondos en el Japón azolado por las guerras entre
mafias locales.
La concepción
fatalista de los protagonistas tiene sin duda una influencia en Jean-Pierre Melville, maestro del polar
francés, cuyos filmes complejizan a los personajes para poder llevarlos por el
camino de la tragedia. Alain Delon de manera hierática se dirige hacia la
muerte por que pertenece a otros tiempos, a otro código de moral, es un
Samurai. Havey Kaitel no tiene más escapatoria que la de matar a quien desde el
principio lo ha traicionado, perdiendo así
la vida, pero ganando la redención.
Tarantino ha
llegado al cine con un Collage visual convertido en obra de arte.
Álvaro Lozano Gutiérrez
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