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Álvaro Lozano Gutiérrez, nacido en Bogotá d. c. Colombia en 1978. Realizó estudios de filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Desde el año 2010 hace parte del Colectivo Literario Surgente, Letras informales y el Cine Club Caldo Diojo. Actualmente se desempeña como docente de secundaria. Finalista en el Premio Nacional de Crónica Ciudad Paz (2018). Ganador del concurso de cuento corto latinoamericano (2017) con el relato ‘Esta tierra que habitamos’; y del Concurso Letras Diversas, Revista Goliardica (Medellín, 2001) con la crónica ‘La bohemia’. Finalista del concurso Bogotá en 100 Palabras con el relato "Encuentro". Colaborador habitual del Periódico Periferia Prensa Alternativa y del Taller de Formación Estudiantil Raíces TJER de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá. Publicado en variados medios impresos y digitales en Colombia y América Latina.

sábado, 17 de febrero de 2018

El acorazado Potemkin (1925) Crítica.



Título  original:  Броненосец Потемкин..
Año: 1925.
País: Unión Soviética.
Dirección: Sergei M. Eisenstein, Nina Agadzhanova.
Fotografía:  Eduard Tisse, Vladimir Popov (B&W).
Música: Edmund Meisel, Nikolai Kryukov, Neil Tennant, Chris Lowe.
Reparto: Aleksandr Antonov,  Vladimir Barsky,  Grigori Aleksandrov,  Mikhail Gomorov, Ivan Bobrov,  Aleksandr  Levshin,  Konstantin Feldman.
Productora: Goskino.
Sinopsis:  Basada  en  hechos reales  ocurridos  en  1905,  narra como  la  tripulación  del  Acorazado Príncipe  Potemkin  de  Táurida  se cansan  del  tratamiento  vejatorio  e injusto  de  los  oficiales.  El  detonante de  la  situación  es  la  carne  podrida que éstos quieren que los marineros se  coman.  Con  este  motín comienza  el  reguero  revolucionario por Odesa y  toda Rusia.
Género:  Politico.


EL ACORAZADO POTENKIM. LA REVOLUCIÓN EN TRES PLANOS.

"La revolución es guerra. La única, legítima, legal y  justa, verdaderamente la guerra más grande que conoce la historia... En Rusia esta guerra se ha declarado y empezado". (Lenin, 1905).




PLANO-ACCIÓN.

En el “Acorazado Potenkim” Eisenstein presenta la dicotomía entre hombres y máquinas. En “la huelga” la acción se desarrolla en el espacio de la fábrica, donde los cuerpos de los obreros se resisten a ser transformados por la dinámica impuesta por la presencia constante del reloj como símbolo del tiempo del capitalismo. El ocio que precisamente representa la acción política humaniza a aquellos que están bajo la explotación y el oprobio. Lo contrario es la alienación, pero no solo del obrero que se siente extraño frente a su creación, es también el individuo que se despersonaliza ante espacios y tiempos contrarios a sus ritmos naturales.

Un barco nos lleva de nuevo a la reflexión política. Maquinas que se imponen sobre los cuerpos de los marineros. Conflictos que surgen cuando el ocio (descanso en la hamacas) es interrumpido brutalmente por un capataz. Cuerpos que se rebelan ante el hambre y la humillación de una carne descompuesta. La violencia frente al hombre que solo desea conservar su humanidad. Si bien para Bazin, Vakulinchuk es claramente el protagonista de la primera parte, lo cierto es que de nuevo el director pone a la multitud como depositaria de la acción.

Los soldados se rebelan contra el Capitán que también representa al padre represor. Este ha puesto a los insurrectos bajo una carpa para ser fusilados sin esperar que sus compañeros lleguen al acto solidario de una revuelta. Cuerpos que van de un lado a otro de la cubierta del barco buscando reivindicar su dignidad. Cuerpos que resisten, cuerpos que luchan, cuerpos atravesados por balas y que cuelgan de sogas mientras la maquina lo arroja fuera de sí hacia el mar.


PLANO-ACCIÓN
Los cuerpos a través del especio
casi infinito

PLANO-EMOCIÓN.

La insurrección de 1905 es una derrota para el proletariado. Los sentimientos revolucionarios convertidos en manifestaciones callejeras acabarán bien pronto en masacres. El símbolo es La escalera de Odesa: sus infinitos escalones serán la trampa donde se pierda el primer fragor de la revolución. Eisenstein muestra a la masa impotente frente a las tropas del zar, la crueldad de los soldados que como maquinas acometen la masacre. A diferencia de “Octubre” no existe un liderazgo agenciado por una figura carismática como Lenin. Solo una masa informe que desea sobrevivir a la rueda inexorable de la historia. Una multitud aplastada por el puño implacable del poder.

Los rostros aparecen para transmitir emociones más allá de la mecánica de la revuelta. El rostro del dolor frente a la muerte del hijo, un rostro que cuestiona y pregunta “¿a quién disparáis?”, un rostro ya anciano que recibe un tiro, rostros de desesperación que representan a toda la humanidad (Typage) y que en todo caso universalizan a los individuos que conforman el cuerpo revolucionario.

El drama de la historia tiene actores concretos que se levantan para expresar su dolor e indignación. Mientras tanto un Ángel contempla la matanza desde lejos, indiferente. La multitud como justo holocausto dará paso a una nueva etapa de la evolución humana: el socialismo. Pero entretanto los individuos son destrozados por los duros engranes del progreso.

PLANO-EMOCIÓN
Un rostro en medio de la
masacre 


PLANO- IDEOLÓGICO.

El montaje de atracciones transpone imágenes como símbolos más allá de la acción. Así la suma de elementos signicos hace posible el nacimiento de una metáfora visual. El cine de Eisenstein está lleno de sentido, su concentración de objetos, más allá del barroquismo formalista, tiene la intención de denunciar los significados más allá de la composición de los fotogramas. Una cruz que se convierte en un mazo en las manos de un Pope cuando los marineros van a ser fusilados. La carne podrida que reaparece en la pantalla mientras el médico, esbirro de los explotadores, es arrojado al mar. La pelea frente a un piano que evidencia el arte como campo de fuerzas entre lo nuevo- revolucionario y lo viejo-decadente. El discurso fílmico transmite ideas complejas, pensamientos destinados a cambiar el mundo, imágenes que llenarán el inconsciente colectivo para llamar a la rebelión-acción.


PLANO-IDEOLÓGICO
El triunfo sobre el arte
decadente 

Tres planos que muestran acciones, emociones y denuncian ideologías, El cine es el verdadero arte de las masas.


ALVARO LOZANO GUTIERREZ

lunes, 29 de enero de 2018

LA HUELGA (1925) Crítica




LA HUELGA.

Titulo original: Stachka .
Año: 1925.
País: Unión Soviética.
Dirección: Sergei M. Eisenstein.
Guion: Sergei M. Eisenstein, Valerian Pletnev, Ilya Kravchunovsky, Grigori Aleksandrov.
Fotografía: Eduard Tissé (B&W).
Música: Película silente.
Reparto: Maksim Shtraukh, Grigori Alexandrov, Mikhail Gomorov, Ivan Klyukvin, Aleksandr Antonov, Yudif Glizer, Anatoliy Kuznetsov, Vera Yanukova, Boris Yurtsev.
Productora: Proletkult Production / Goskino.
Sinopsis: Rusia zarista. Los obreros de una importante empresa están descontentos y, después de una reunión, deciden ir a la huelga. El director de la empresa informa de la situación a los responsables políticos y éstos envían a la policía para abortar la huelga. La tensión se dispara cuando un obrero se suicida al ser acusado injustamente de un robo.


SERGUEI EISENSTEIN, EL ARQUITECTO  DEL INFINITO


“Ahora ¿por qué el cine sigue las formas del teatro y la pintura en lugar de la metodología de la lengua, que permite totalmente nuevos conceptos de las ideas que surgen de la combinación de dos denotaciones concretas de dos objetos concretos?”



Serguei  Eisenstein  es  considerado  uno  de los  pioneros  del  cine.  Dotó  al  montaje  de  un lenguaje  capaz  de  causar emociones en el público de tal manera que la imagen  en  movimiento  alcanza  el  estatuto del  arte.  Sus  investigaciones  van  desde  la teoría  del  teatro  y  el  lenguaje  en  la  pantalla hasta  el papel  del  intelectual en  los  procesos revolucionarios.  Sin  duda  alguna  su  obra contribuyó  a  crear  el  séptimo  arte  e  incluso hoy  sigue  presente  en  fuertes  metáforas visuales  tanto  en  el  cine  como  en  la literatura.

Eisenstein hijo de un ingeniero, funcionario del Sacro Imperio Ruso, crece en la calle Valdemara de Riga, Letonia. Como muchos judíos integrados desarrolla una amplia visión intelectual a través de una sólida educación afincada en la cultura libresca y el acercamiento al teatro, la danza y un invento que cada vez más se tomaba las ciudades europeas: el Cine.

Como muchos jóvenes intelectuales de su tiempo se unió a las ideas del partido Bolchevique comandado por Vladimir Lenin haciendo parte de las revueltas en 1905 y 1917 que terminarían en la caída del antiguo régimen zarista y la emergencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: el primer experimento Socialista en la historia humana.

Eisenstein se convertiría con el tiempo en el poeta de la revolución, el arquitecto del infinito.


LA HUELGA (1925)

Su paso por el teatro Proletkult, donde junto a figuras como Vsévolod Meyerhold y Vladímir Mayakovski experimenta con el cuerpo y sus posibilidades expresivas, le permite hacer sendas digresiones sobre el actor y su lugar en el espacio dramático.



El typage, tomado de la Comedia Dell Arte y el teatro Kabuki japonés, toma en cuenta los rasgos específicos del rostro y el cuerpo del actor representando arquetipos debido a su semejanza a grupos universales en la sociedad. De esta manera más allá de una amplia formación en cierto sentido artificial lo que el personaje representa es un cuerpo que transmite ideas específicas y complejas: la explotación proletaria, la maldad de los burgueses, la traición, el espionaje y la revolución como movimiento natural de la condición humana. Esta teoría será rescatada por el Neorrealismo Italiano dela década de los cuarenta y cincuenta (De Sica, Rosellini) , así como por directores como Sergio Leone que exigen llenar la pantalla con un rostro sobre el cual se construye la psicología del personaje, toda una serie de rasgos propios y sobre todo una historia propia que se desarrolla a través del metraje.

Los cuerpos de los obreros son fotografiados en contrapartida a las maquinas, que a través de superficies redondas significan el tiempo inexorable de la explotación en el espacio de la fábrica. Figuras musculadas, dinámicas que confluyen para liberarse de la dictadura que se extiende sobre su fisicidad. El obrero es un nuevo héroe olímpico, un modelo y arquetipo de la nueva humanidad. Los burgueses por su lado presentan rasgos obscenos, casi animalescos. El cuello desaparece para dar paso a uno obesidad mórbida a rostros que reflejan la explotación personificada en el gesto de desprecio hacia la masa trabajadora, resultado de procesos dialecticos a través de la historia mas allá de decisiones morales individuales.



El montaje como proceso dialectico: Thesis vs. antithesis = synthesis, crea significado por yuxtaposición de planos, no el contenido de imágenes individuales. Los planos se entrelazan alrededor de ideas centrales o “atracciones” que no necesariamente hacen parte de una secuencia lógica y lineal. El toro degollado trasciende el hecho mismo de la masacre de los trabajadores por parte del ejército. Los fotogramas emergen más allá del relato, muestran la idea del sacrificio como parte de la dinámica de una historia que se dirige de manera inexorable hacia el comunismo y una sociedad sin clases.

Esto responde a los estudios de Eisenstein sobre la construcción de significados en las lenguas orientales. Los ideogramas Oído + Puerta = Secreto, crean metáforas en un régimen de símbolos. Más allá del ojo que observa la realidad (Vertov) la mente es capaz de ir más allá de lo dado fácticamente para desentrañar relaciones de sentido más complejas. Esto da al flujo de imágenes en el tiempo la posibilidad alterar las relaciones con el discurso y discurrir hasta conceptos propios del campo filosófico: la revolución del campo estético al servicio de la causa política más elevada.



El Cine es un campo de fuerzas donde las ideas trascienden la prisión del tiempo a través de la imagen.

Álvaro Lozano Gutiérrez


domingo, 1 de octubre de 2017

Ex libris



Las palabras ya no llegan aleteando
se arrastran impuras
como ángeles caídos
como insectos terribles
como tábanos rencorosos
como asma después de una lluvia malsana.

Las palabras ya no juegan entre ellas
se aíslan temblorosas  entre hojas blancas
muerden el tiempo
infectan la memoria
son la enfermedad ennegrecida
de dioses sin pirámides ni templos.

Y los poetas no son más que verdugos
mercaderes intentando recrear el mundo
bitácoras sin puerto
ciudad sin estrellas
los poetas son nigromantes
de una liturgia perdida.

jueves, 25 de mayo de 2017

AQUESTA TERRA QUE HABITEM (Cuento) Catala.



*Premi del Concurs de «Conte Curt llatinoamericà’2017»

Van tornar a veure la seva terra després de molts anys a l’exili. El revolt del camí, ja reconegut de feia estona, va assenyalar-los que eren a prop de la parcel·la on algun cop van ser feliços. En Manuel va acaronar el cap del seu fill mentre mirava els ulls melancòlics de la Martha, intentant encomanar-li aquella esperança que avui no obstant es dibuixava tan sols com una promesa. Caminaven lentament, com intentant descaminar les passes que la violència els havia obligat a fer abandonant tot allò que posseïen.

Feia ja un any que la guerra s’havia acabat. La pau es va signar entre els aplaudiments d’uns, i la indiferència i l’escepticisme d’altres. El perdó i l’oblit van imposar-se per decret. Es va parlar molt de víctimes i de reparació. Milers d’homes i dones van omplir les oficines del govern cercant que l’estat els reconegués els seus morts i els tornés la terra que feia molt temps els poderosos els havien pres.

- Des d’aquí ja queda poc per arribar al rancho. Primer de tot haurem d’arreglar la tanca; recordo que abans ens entraven molt els animals del compare José i ens espatllaven les plantes.

- Estic cansat i tinc gana.

- No et preocupis Esteban, tan bon punt arribem la teva mare ens prepararà menjar; millor que pugis al cavall i ens ajudis a menar la restar del bestiar.

La Martha va alçar els ulls i va veure la seva antiga casa al final del corriol. Només era una ruïna. Quatre parets es mantenien dempeus enmig d’una terra grisa que donava testimoni de temps de violència i de mort. Van lligar els cavalls i les mules, i entraren, respirant llargament, com aquell qui desperta d’un terrible somni i ara només vol reconèixer-se en el món dels vius.

- En aquesta habitació és on vas néixer tu...

La Martha i en Manuel acariciaven les parets, i hi apropaven l’orella, com volent que els reconeguessin i els donessin la benvinguda.

- Aquí, en aquest pati, van matar el teu germà Julián; li van disparar tres trets.

Van aturar-se mirant un arbre mort, abraçant-se i sabent que allò que seguia era el més dur; recuperar la terra també és enyorar els morts, continuar endavant malgrat la tristesa.

Al matí en Braulio i en José van saludar des del tombant del camí. Van trobar la família entre eines, reparant el sostre i descarregant les darreres coses que havien dut.

- Compare aquesta terra està malalta. Ja no hi creix res. Els de l’oficina del govern ens diuen que és millor vendre-la.

En Manuel es mirava un grapat de terra que hi havia sota els seus peus. La va agafar amb les mans intentant de flairar-la.

- Els darrers quinze anys van sembrar palma, el senyor que va comprar tot això tenia molts de quartos, va dur maquinària, treballadors i molts de químics. La terra s’ha esgotat i ara és un grapat de cendra. Només cendra, Manuel, només van donar-nos això.

- Aleshores, què fareu vosaltres?

- La cosa està molt fotuda, Manuel. Amb uns quants més, hem decidit vendre; veníem a dir-t’ho, per veure si essent molts ens paguen una mica més.

- I els nostres morts? I els que van matar-nos? Aquesta terra és nostra i no la deixarem.

- Compare, no és cosa de morts, és cosa de vius; si ens quedem aquí serà per morir-nos de gana.

En Manuel va sentir que el sol castigava el seu cos. Mirava amb pena la seva família, però amb més pena i dolor els dos homes que ara només parlaven de vendre-ho tot i tornar a una ciutat que no els pertanyia, que sempre els havia tractat com a estranys.

- Gràcies, compares, però jo em quedo. Si algú us pregunta digueu-li que prefereixo la gana aquí a la meva terra que en els tuguris de la ciutat. Sí, per mi aquella fam és pitjor.

Les setmanes següents van ser terribles. Efectivament la terra esgotada s’havia convertit en un munt de cendra i sal. Primer van sembrar les llavors que els havia donat el govern, però ni un brot feia entrellucar que la situació canviaria. Ara només els quedava el blat de moro, el mateix que la Martha va recollir en un pot el dia que van matar el seu fill, el dia que ho van abandonar tot.

En Manuel i el seu fill van agafar les aixades i van cavar tan fondo com van poder. Al fons, la promesa d’una terra negra i fèrtil no els va esperar mai. Tot era igual, un sutge que s’estenia fins on arribava la mirada. Aquella tarda una pick-up luxosa va aparcar fora del rancho. A dins, un home gras i una dona jove que a l’Esteban li va semblar bonica, els miraven amb menyspreu i llàstima. No van baixar del vehicle, no van parlar amb ningú; només esperaven com voltors que la família caigués, per apoderar-se del miserable terreny que habitaven.

– Jo crec que no és pas la sal el que va matar aquesta terra; va ser la sang de tants morts. La sang del fill teu i meu que van matar-nos en aquest pati mateix.

Van sembrar el blat de moro, el van regar, duent  aigua de molt lluny, perquè fins i tot els rius es negaven a donar el consol de l’aigua. Els dies van passar i només es veia el mateix paisatge trist.

Quan l’aliment va esgotar-se van saber que potser havien tornat a aquella terra per morir.

- Martha, amor, què ens queda?

- Un grapat de farina i unes cullerades de cafè.

- Doncs ha arribat l’hora; prepara el sopar, després només ens queda morir-nos.

Van menjar amargament. No van dir res. Només es miraven, pensant que la vida s’havia acarnissat amb ells, que eren els condemnats de la terra...

Van sortir del rancho i van contemplar les estrelles. Van estirar-se al mig del camp i van esperar així que Déu els tanqués els ulls.

Quan es van despertar, els primers brots s’alçaven orgullosos. Havien vençut.

Álvaro Lozano Gutiérrez.


Texto ganador del primer premio del concurso cuento corto Agenda Latinoamericana 2017.


martes, 9 de mayo de 2017

NESTA TERRA QUE HABITAMOS. (Cuento) Português


*Prêmio do Concurso de “Conto Curto latinoamericano 2017”

Voltaram a ver sua terra depois de muitos anos no exílio. A curva do caminho, já reconhecida há tempos, indicou-lhes que estavam próximos da terra em que foram felizes. Manuel acariciou a cabeça de seu filho enquanto olhava os olhos melancólicos de Marta, tratando de contagiá-la com a esperança de que hoje, sem dúvida, desenhava-se apenas como promessa. Caminhavam lentamente, tentando recuperar os passos que a violência lhes havia obrigado a dar, abandonando tudo o que possuíam.

Já fazia um ano que a guerra havia terminado. A paz se firmara entre os aplausos de uns e a indiferença e o ceticismo de outros. O perdão e o esquecimento se impuseram por decreto. Falou-se muito de vítimas e de reparação. Milhares de homens e mulheres encheram as repartições públicas, buscando que o Estado lhes reconhecesse seus mortos e lhes devolvesse a terra que, há muito tempo, os “poderosos” haviam arrancado.

– A partir daqui falta pouco para o rancho. O primeiro momento será acertar a cerca. Eu me lembro que entravam muitos animais do compadre José e danificavam as matas.

– Estou cansado e tenho fome.

– Não se preocupe, Estevão, assim que chegarmos sua mãe nos preparará alguma coisa. Suba no cavalo e ajude-nos a guiar as outras mulas.

Marta levantou os olhos e viu sua antiga casa no final do caminho. Era só ruínas. Quatro paredes permaneciam de pé, no meio de uma terra cinza que testemunhava tempos de violência e de morte.

Amarraram os cavalos e mulas e entraram, respirando longamente, como quem desperta de um terrível sonho, e somente agora deseja se reconhecer no mundo dos vivos.

– Nesta casa você nasceu…

– Aqui, neste pátio, mataram seu irmão Júlio. Dispararam três vezes.

Detiveram-se, olhando uma árvore morta, abraçando-se e sabendo que se seguiria o mais difícil. Recuperar a terra é honrar os mortos e seguir adiante, apesar da tristeza.

Pela manhã, Bráulio e José saudaram da curva do caminho. Encontraram a família entre ferramentas, consertando o telhado e descarregando as últimas coisas que traziam.

– Compadre, esta terra está doente. Já não cresce nada. As pessoas do governo nos dizem que é melhor vendêla.

Manuel olhava um punhado de cinzas que se encontrava debaixo de seus pés. Tomou o em suas mãos, tratando de cheirálo.

– Semearam palma nos últimos quinze anos, o senhor que comprou tudo isto tinha muito dinheiro, trouxe máquinas, trabalhadores e muita química. A terra se esgotou e agora é um punhado de cinzas. Só cinzas, Manuel, só isso é que nos deram.

– E então, o que vão fazer?

– A coisa vai muito mal, Manuel. Decidimos vender. Viemos lhe dizer isso para ver se, sendo muitos, nos pagam um pouco mais.

– E nossos mortos? Os que os mataram? Esta terra é nossa e não vamos abandonála.

– Compadre, não é coisa de mortos, mas de vivos. Se permanecermos aqui, será para morrer de fome.

Manuel sentiu que o sol castigava seu corpo. Olhava com pena sua família, mas com mais pena e dor os dois homens, que agora só falavam em vender tudo e voltar a uma cidade que não lhes pertencia, que sempre os havia tratado como estranhos.

– Obrigado, compadres, mas eu fico. Se alguém lhes perguntar, diga que prefiro a fome aqui, na minha terra, do que os barracos da cidade. Para mim, essa fome é pior.

As semanas seguintes foram terríveis. Efetivamente a terra, esgotada, havia se convertido num punhado de cinzas e sal. Semearam, primeiramente, as sementes que o governo lhes dera, mas nem um broto havia para acenar que a situação mudaria. Agora lhes restava somente o milho, o mesmo que Marta recolheu numa vasilha, no dia que mataram seu filho, o dia que abandonaram tudo.

Manuel e seu filho pegaram as enxadas e cavaram o mais fundo que puderam. No fundo, a promessa de uma terra negra e fértil nunca os esperava. Tudo era igual, uma fuligem que se estendia até onde alcançava a vista. Nessa tarde, uma camionete luxuosa estacionou no lado de fora do terreno. Um homem obeso e uma mulher jovem, que para Estêvão lhe pareceu formosa, os olharam com desprezo e lástima. Não desceram do veículo, não falaram com ninguém. Esperavam, como abutres, que a família desistisse, para apoderar-se da miserável terra que habitavam.

– Eu creio que não é o sal o que matou essa terra, mas o sangue de tantos mortos. O sangue de seu filho e o meu, que mataram neste mesmo pátio.

Semearam o milho, regaram-no, trazendo a água de muito longe, pois os rios se negavam a dar o consolo da água. Os dias se passaram e se via apenas a mesma paisagem triste. Quando se esgotou o alimento, souberam que talvez haviam voltado à terra apenas para morrer.

– Marta, amor, o que temos?

– Um punhado de farinha e umas colheres de café.

– Então chegou a hora. Prepare a comida, depois só nos resta morrer.

Comeram amargamente. Não disseram nada. Apenas se olhavam, pensando que a vida lhes
havia ensinado sempre que eram os condenados da terra…

Saíram da terra e contemplaram as estrelas. Encostaram-se no meio do campo e esperaram que Deus fechasse os seus olhos.

Quando despertaram, os primeiros brotos se levantaram orgulhosos. Haviam vencido.

ALVARO  LOZANO GUTIERREZ.


Texto ganador del primer premio del concurso cuento corto Agenda Latinoamericana 2017.
http://www.servicioskoinonia.org/cuentoscortos/articulo.php?num=107

domingo, 19 de febrero de 2017

ESTA TIERRA QUE HABITAMOS. (Cuento)

*Texto ganador del primer premio del concurso cuento corto Agenda Latinoamericana 2017.


Volvieron a ver su tierra después de muchos años en el  exilio. La curva del camino, ya reconocida hace tiempo, les indicó que estaban cerca de la parcela en donde alguna vez fueron felices. Manuel acarició la cabeza de su hijo  mientras miraba los ojos melancólicos de Martha, tratando de contagiarle esa esperanza que hoy sin embargo se dibujaba solo como una promesa. Caminaban lentamente como buscando desandar los pasos que la violencia les había obligado a dar abandonando todo lo que poseían.

Hacía ya un año que la guerra había terminado. La paz se firmó entre los aplausos de unos y la indiferencia y el escepticismo de otros. El perdón y el olvido se impusieron por decreto. Se habló mucho de víctimas y de reparación. Miles de hombres y mujeres colmaron las oficinas del gobierno buscando que el Estado les reconociera sus muertos y les devolvieran la tierra que hacía mucho tiempo los poderosos les habían arrebatado.

- Desde aquí ya queda poco para el rancho. Lo primero será acomodar la cerca, yo me acuerdo que antes se nos metían mucho los animales del compadre José y nos dañaban las matas.

-Estoy cansado y tengo hambre.

-No se preocupe Esteban apenas lleguemos su mamá nos prepara algo, más bien súbase al caballo y ayúdenos a guiar las demás bestias.

Martha levantó los ojos y vio su antigua casa al final del sendero. Era solo una ruina. Cuatro paredes seguían en pié en medio de una tierra gris que daba testimonio de tiempos de violencia y muerte. Amarraron  los caballos y las mulas, entraron respirando largamente como quien despierta de un terrible sueño y ahora solo quiere reconocerse en el mundo de los vivos.

- En esta habitación nació usted.  

Martha y Manuel acariciaban las paredes y acercaban el oído como queriendo que estas les reconocieran y les dieran la bienvenida.

-Aquí en este patio mataron a su hermano Julián, le dispararon tres veces.

Se detuvieron mirando un árbol muerto, abrazándose y sabiendo que lo que seguía era lo más duro, recuperar la tierra también es añorar a los muertos, seguir adelante a pesar de la tristeza.

En la Mañana Braulio y José saludaron desde el recodo del camino. Encontraron a la familia  entre herramientas acomodando el techo y descargando las últimas cosas que traían consigo.

-Compadre esta tierra está enferma.  Ya no crece nada. Los de la oficina del gobierno nos dicen que es mejor venderla.

Manuel miraba un puñado de ceniza que se encontraba bajo sus pies. La tomó en sus manos tratando de olerla.

- Sembraron palma los últimos quince años, el señor que compró todo esto tenía mucha plata, trajo maquinaria,  trabajadores y muchos químicos. La tierra se agotó y ahora es un puñado de ceniza. Solo ceniza Manuel, solo eso nos dieron.

- ¿Y entonces que van a hacer ustedes?

-La cosa va muy mal Manuel, con otros hemos decidido vender, veníamos a decirle a usted, para ver si siendo muchos nos pagan un poco más.

-¿Y nuestros muertos? ¿Los que nos mataron? Esta tierra es nuestra y no la vamos a dejar.

-Compadre, no es cosa de muertos es cosa de vivos, si nos quedamos aquí va a ser para morirnos de hambre.

Manuel sintió que  el sol castigaba su cuerpo. Miraba con pena a su familia, pero con más pena y dolor a los dos hombres que ahora solo hablaban de vender todo y volver a una ciudad que no les pertenecía, que siempre los había tratado como extraños.

- Gracias compadres pero yo me quedo. Si alguien les pregunta le dicen que prefiero el hambre aquí en mi tierra que en los tugurios de la ciudad. Si, para mi esa hambre es peor.

Las semanas que vinieron fueron terribles. Efectivamente la tierra agotada se había convertido en un puñado de ceniza y sal. Sembraron primero las semillas que les dio el gobierno pero ni un brote hacia avizorar que la situación cambiaria. Ahora solo les quedaba el maíz, el mismo que Martha recogió en un tarro el día que mataron a su hijo, el día que abandonaron todo.

Manuel y su hijo tomaron los azadones y cavaron lo más profundo que pudieron. Al fondo la promesa de una tierra negra y fértil nunca los esperó. Todo era igual, un hollín que se extendía hasta donde alcanzaba la mirada. Esa tarde una camioneta lujosa se estacionó afuera del rancho. En ella un hombre obeso y una mujer joven, que a Esteban le pareció hermosa, los miraban con desprecio y lastima.  No se bajaron del vehículo, no hablaron con nadie, solo esperaban como buitres a ver que la familia cayera, para apoderarse del miserable terreno que habitaban.  

-Yo creo que no es la sal lo que mató esta tierra, fue la sangre de tanto muerto. La sangre de su hijo y el mío que nos mataron en este mismo patio.

Sembraron el maíz, lo regaron trayendo el agua de muy lejos por que incluso los ríos se negaban a dar el consuelo del agua. Los días pasaron y solo se veía el mismo paisaje triste. Cuando se agotó el alimento supieron que  tal vez habían vuelto a esta tierra solo para morir.

-Martha, amor que nos queda.

-Un puñado de harina y unas cucharadas de café.

-Entonces llegó la hora, prepare la comida, después solo nos queda morirnos.

Comieron amargamente, no dijeron nada, solo se miraban pensando que la vida se había ensañado siempre con ellos, que eran los condenados de la tierra. Salieron del rancho y contemplaron las estrellas. Se acostaron en medio del campo y esperaron así que Dios cerrara sus ojos.


Cuando despertaron los primeros brotes se levantaban orgullosos. Habían vencido. 


ALVARO  LOZANO GUTIERREZ.


Texto ganador del primer premio del concurso cuento corto Agenda Latinoamericana 2017.

martes, 7 de febrero de 2017

INSTRUCCIONES PARA ROBAR UN CELULAR.




Instrucciones para robar un celular: Primero debes saber que esto es un delito pero no un pecado, es decir estas ayudando a desconectarse a un parroquiano, acto que lo devolverá a su vida en el mundo de los seres reales, poniendote al nivel, sino de un revolucionario o un anarquista, si en el de un terrorista del sentido, aquel que por piedad le quita al otro lo que a bien ha tenido conseguir. Después debes elegir a la víctima, procura que sea un hombre algo elegante, una mujer que no tenga cara de histérica o un ama de casa que valore más volver a ver sus hijos que defender con su vida el consabido chechere tecnológico. Cuando lo reclames como propiedad tuya no le digas por su nombre, que eso puede restar peligrosidad a tu acto, llámale más bien bicho, celuco, torta, caja o con otros epítetos, que si bien pueden confundir a la víctima te ponen como un experto en el tema del timo, el robo, el cosquilleo, la vuelta o el golpe. Si bien el fulano (nombre técnico de la víctima) no se ha defendido durante el insuceso, debes correr sin mirar atrás, pues más vale ñero prevenido que presidiario rascando las paredes de una estación de policía. Y por último no dejes que la piedad te mueva y recuerda siempre que aunque este acto no te sacará de tu miserable pobreza si será suficiente para calmar el hambre que tú prosapia te ha legado.