Título original: Броненосец Потемкин..
Año: 1925.
País: Unión Soviética.
Dirección: Sergei M. Eisenstein, Nina Agadzhanova.
Fotografía:
Eduard Tisse, Vladimir Popov (B&W).
Música: Edmund Meisel, Nikolai Kryukov,
Neil Tennant, Chris Lowe.
Reparto:
Aleksandr Antonov, Vladimir Barsky, Grigori Aleksandrov, Mikhail Gomorov, Ivan Bobrov, Aleksandr
Levshin, Konstantin Feldman.
Productora: Goskino.
Sinopsis: Basada
en hechos reales ocurridos
en 1905, narra como
la tripulación del Acorazado
Príncipe Potemkin de
Táurida se cansan del
tratamiento vejatorio e injusto
de los oficiales.
El detonante de la
situación es la
carne podrida que éstos quieren
que los marineros se coman. Con
este motín comienza el
reguero revolucionario por Odesa
y toda Rusia.
Género: Politico.
EL ACORAZADO POTENKIM. LA REVOLUCIÓN EN TRES PLANOS.
"La revolución es guerra. La única, legítima,
legal y justa, verdaderamente la guerra
más grande que conoce la historia... En Rusia esta guerra se ha declarado y
empezado". (Lenin, 1905).
PLANO-ACCIÓN.
En el
“Acorazado Potenkim” Eisenstein presenta la dicotomía entre hombres y máquinas.
En “la huelga” la acción se desarrolla en el espacio de la fábrica, donde los
cuerpos de los obreros se resisten a ser transformados por la dinámica impuesta
por la presencia constante del reloj como símbolo del tiempo del capitalismo.
El ocio que precisamente representa la acción política humaniza a aquellos que
están bajo la explotación y el oprobio. Lo contrario es la alienación, pero no
solo del obrero que se siente extraño frente a su creación, es también el
individuo que se despersonaliza ante espacios y tiempos contrarios a sus ritmos
naturales.
Un barco nos
lleva de nuevo a la reflexión política. Maquinas que se imponen sobre los
cuerpos de los marineros. Conflictos que surgen cuando el ocio (descanso en la
hamacas) es interrumpido brutalmente por un capataz. Cuerpos que se rebelan
ante el hambre y la humillación de una carne descompuesta. La violencia frente
al hombre que solo desea conservar su humanidad. Si bien para Bazin,
Vakulinchuk es claramente el protagonista de la primera parte, lo cierto es que
de nuevo el director pone a la multitud como depositaria de la acción.
Los soldados
se rebelan contra el Capitán que también representa al padre represor. Este ha
puesto a los insurrectos bajo una carpa para ser fusilados sin esperar que sus
compañeros lleguen al acto solidario de una revuelta. Cuerpos que van de un
lado a otro de la cubierta del barco buscando reivindicar su dignidad. Cuerpos
que resisten, cuerpos que luchan, cuerpos atravesados por balas y que cuelgan
de sogas mientras la maquina lo arroja fuera de sí hacia el mar.
PLANO-ACCIÓN
Los cuerpos a través del especio
casi infinito
PLANO-EMOCIÓN.
La
insurrección de 1905 es una derrota para el proletariado. Los sentimientos
revolucionarios convertidos en manifestaciones callejeras acabarán bien pronto
en masacres. El símbolo es La escalera de Odesa: sus infinitos escalones serán
la trampa donde se pierda el primer fragor de la revolución. Eisenstein muestra
a la masa impotente frente a las tropas del zar, la crueldad de los soldados
que como maquinas acometen la masacre. A diferencia de “Octubre” no existe un
liderazgo agenciado por una figura carismática como Lenin. Solo una masa
informe que desea sobrevivir a la rueda inexorable de la historia. Una multitud
aplastada por el puño implacable del poder.
Los rostros
aparecen para transmitir emociones más allá de la mecánica de la revuelta. El
rostro del dolor frente a la muerte del hijo, un rostro que cuestiona y
pregunta “¿a quién disparáis?”, un rostro ya anciano que recibe un tiro,
rostros de desesperación que representan a toda la humanidad (Typage) y que en
todo caso universalizan a los individuos que conforman el cuerpo
revolucionario.
El drama de la
historia tiene actores concretos que se levantan para expresar su dolor e
indignación. Mientras tanto un Ángel contempla la matanza desde lejos,
indiferente. La multitud como justo holocausto dará paso a una nueva etapa de
la evolución humana: el socialismo. Pero entretanto los individuos son
destrozados por los duros engranes del progreso.
PLANO-EMOCIÓN
Un rostro en medio de la
masacre
PLANO-
IDEOLÓGICO.
El montaje de
atracciones transpone imágenes como símbolos más allá de la acción. Así la suma
de elementos signicos hace posible el nacimiento de una metáfora visual. El
cine de Eisenstein está lleno de sentido, su concentración de objetos, más allá
del barroquismo formalista, tiene la intención de denunciar los significados
más allá de la composición de los fotogramas. Una cruz que se convierte en un mazo
en las manos de un Pope cuando los marineros van a ser fusilados. La carne
podrida que reaparece en la pantalla mientras el médico, esbirro de los
explotadores, es arrojado al mar. La pelea frente a un piano que evidencia el
arte como campo de fuerzas entre lo nuevo- revolucionario y lo viejo-decadente.
El discurso fílmico transmite ideas complejas, pensamientos destinados a
cambiar el mundo, imágenes que llenarán el inconsciente colectivo para llamar a
la rebelión-acción.
PLANO-IDEOLÓGICO
El triunfo sobre el arte
decadente
Tres planos
que muestran acciones, emociones y denuncian ideologías, El cine es el
verdadero arte de las masas.
ALVARO LOZANO
GUTIERREZ