Datos personales

Mi foto
Álvaro Lozano Gutiérrez, nacido en Bogotá d. c. Colombia en 1978. Realizó estudios de filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Desde el año 2010 hace parte del Colectivo Literario Surgente, Letras informales y el Cine Club Caldo Diojo. Actualmente se desempeña como docente de secundaria. Finalista en el Premio Nacional de Crónica Ciudad Paz (2018). Ganador del concurso de cuento corto latinoamericano (2017) con el relato ‘Esta tierra que habitamos’; y del Concurso Letras Diversas, Revista Goliardica (Medellín, 2001) con la crónica ‘La bohemia’. Finalista del concurso Bogotá en 100 Palabras con el relato "Encuentro". Colaborador habitual del Periódico Periferia Prensa Alternativa y del Taller de Formación Estudiantil Raíces TJER de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá. Publicado en variados medios impresos y digitales en Colombia y América Latina.

viernes, 27 de enero de 2017

Kill Bill: Volume 2. (Crítica)



Título original: Kill Bill: Volume 2.
Año: 2003.
País: EEUU.
Dirección: Quentin Tarantino.
Guión: Quentin Tarantino.
Fotografía: Andrzej Sekula.
Música: Varios.
Reparto: Uma Thurman, Lucy Liu, Daryl Hannah, Vivica A. Fox, Sonny Chiba, Chiaki Kuriyama, Michael Bowen, Julie Dreyfus, Michael Parks, David Carradine, Michael Madsen.
Productora: Miramax Films / A Band Apart.
Sinopsis: El día de su boda, una asesina profesional (Thurman) sufre el ataque de algunos miembros de su propia banda, que obedecen las órdenes de Bill (David Carradine), el jefe de la organización criminal. Logra sobrevivir al ataque, aunque queda en coma. Cuatro años después despierta dominada por un gran deseo de venganza.
Género: Thriller.


EL CAMINO DEL HÉROE.

El cine serie B es un tipo de cine comercial de bajo presupuesto. En su uso original, durante la Edad de oro de Hollywood, el término identificaba con mayor precisión a una película destinada a ser distribuida sin publicidad como parte de una doble función. En los años sesenta y setenta tres geografías se disputaban las imágenes de este subgénero: La Italia con sus Spaguetti Western con directores como Serrgio Leone, Sergio Corbucci y Sergio Sollima; Hong Kong con sus realizaciones sobre artes marciales donde actores como Bruce Lee, Jackie Chang y Jet Li saltaron al estrellato internacional;  y el cine de terror norteamericano donde figuras como Roger Corman y George Romero crean una estética llena de vampiros, payasos asesinos e incluso Zombies. Este cine marginado conscientemente de las vanguardias artísticas, como el neorrealismo, las nuevas olas y el free Cinema, va desarrollando una manera muy propia de contar historias, de crear películas de culto.
Quentin Tarantino  logra conjugar los elementos que hicieron legendario este cine para construir una historia de venganza, odio y muchas muertes: Kill Bill volumen 2.



Las viejas producciones chinas, que tratan de ser clonadas por estudios israelíes y norteamericanos en la década de los ochenta, representaban un esquema narrativo bastante simple: Un héroe en busca de la perfección de las artes marciales en eterna lucha contra el mal. El maestro es una figura central pues revelará los secretos ancestrales del Kung Fu llevando al protagonista a la victoria y la inmortalidad.

Pai Mei representa estos personajes identificados por los aficionados en las batallas campales de las salas de cine de doble función. Un maestro altanero y autoritario, incluso decididamente machista, que aun así representa la sabiduría y que al final encuentra en Beatrix kiddo la heredera de sus secretos.

De la misma manera en el Spaguetti Western una mitología encuentra una forma narrativa. Los personajes de John Ford pioneros en una tierra agreste y llena de peligros, tendrán que espera a los héroes de Sergio Leone para completar su síntesis visual: Largos duelos, personajes descreídos de la ley representada por el Estado y sobre todo una banda sonora y que narra al mismo tiempo que las imágenes. Los desiertos de Monument Valley serán reemplazados en Kill Bill 2 por la frontera, por un lugar sin ley donde el orden es impuesto por forajidos cuyo único interés será hacerse con “un puñado de dólares”. La frontera que en filmes como Quiero la cabeza de Alfredo García (1974), o La muerte tenía un precio (1964)  significaba la liberta ahora es una tierra de lobos, donde ser enterrado vivo es uno de los muchos peligros, junto a los legendarios asesinos que ahora son cazados por una heroína.



En las diferentes películas de terror de Roger Corman, basadas en los cuentos de Edgar Alan Poe, se revela uno de los miedos atávicos por naturaleza: ser enterrado con vida. Escena repetida por Tarantino cuando Budd intenta asesinar de la forma más cruel posible a la protagonista. Unos cuantos metros de espacio y una luz serán suficientes para recrear el terror a la oscuridad, el encierro y la muerte. Brutalidad recreada en el filme Sicario (2015) del director Denis Villeneuve, donde las paredes guardan el terrible secreto de los torturados y desaparecidos en la frontera.

Y al final Bill muere con un golpe de la técnica secreta,  es agotado por la venganza. El camino del héroe se ha terminado, no solo por que la película finalice, sino también por que con ella se dan fin a una mitología. La grandes travesías por la montañas de China, las diligencias cruzando Monument Valley, los enfrentamiento entre clanes Yakuza y las miradas crispadas llenas de nervios de los duelos italianos llegarán a su fin cuando en la pantalla aparezca la leyenda: Dirigido por Quentin Tarantino.


 Álvaro Lozano Gutiérrez

No hay comentarios:

Publicar un comentario